Los negocios familiares son muy frecuentes. Por lo general es el padre de familia el que lo inicia, y cuando tiene éxito, el negocio lo heredan los hijos y éstos a sus hijos. De esta manera se han creado imperios familiares.
Son también llamados negocios caseros aunque no necesariamente es lo mismo. Un imperio familiar no es exactamente un negocio casero. Pero nos vamos a referir a los negocios pequeños que se realizan desde la casa.
Lo importante al crear negocios familiares es tener un potencial competitivo primero. Luego plasmar la idea claramente y formular un plan sencillo. El potencial puede ser el talento de uno de sus integrantes. Por ejemplo, si alguno tiene un talento especial en cocina, lo puede explotar vendiendo comida a domicilio. Si otro integrante tiene talento para el diseño de artesanías, el negocio aquí sería montar una pequeña fábrica en casa, la cual podía expandirse con el tiempo.